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Robledo y Uribe ¿se unirán contra Santos?

Aparte de ser cabezas de lista, estos dos senadores tienen algo más en común, su descontento con el gobierno de Santos y que uno es extremadamente de izquierda y el otro de derecha.

 

El expresidente Álvaro Uribe y el senador Jorge Robledo obtuvieron las mayores votaciones en el Senado. Gracias a su nombre, Uribe sacó 19 senadores. Mientras el actual senador de izquierda obtuvo la mayor votación en la Cámara Alta, más de 191.000 votos.

Ambas cifras tienen un significado: esos votos reflejan el descontento por un gobierno de Unidad Nacional en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, quien aspira a reelegirse.

Pero además de ser estos dos los mayores electores, Uribe y Robledo comparten desde ahora la tarea de hacerle oposición al Gobierno.

En un hecho que todavía es materia de análisis, el expresidente pasó a la oposición tan solo dos años después de que Santos hubiese recibido la banda presidencial. La razón, dice Uribe, es que Santos –su ministro de Defensa- abandonó su política de ‘seguridad democrática’ y les dio un estatus a las FARC al iniciar un proceso de paz en Cuba y le dio “concesiones al terrorismo”.

Desde entonces y en su trinchera en Twitter, Uribe no ha escatimado en ataques al hoy presidente. La división llegó al punto de que el exjefe de Estado abandonó el Partido de la U, una colectividad creada a su imagen y semejanza, un partido que representaba sus intereses en el Congreso y la Presidencia.

Por ello aprovechó las elecciones del 2014 para, según sus palabras, “recuperar el rumbo”. Él mismo se lanzó como candidato al Senado y se convirtió en el primer presidente en la historia en ocupar ese cargo después de dejar la silla en la Casa de Nariño.

El flanco izquierdo

En la otra orilla está el senador Jorge Robledo. Para muchos en la izquierda, este hombre saca la cara por un partido duramente cuestionado por sus gobiernos en Bogotá, el último en cabeza de Samuel Moreno, protagonista de una trama de corrupción basada en contratos en el Distrito.

Robledo, el denominado mejor senador durante cuatro períodos, es conocido por sus duras críticas con el gobierno de turno. Por ejemplo, tras la campaña presidencial del 2010, cuestionó a Santos, a quien acusó de ser la continuidad del gobierno uribista.

En su momento, Robledo criticó la negociación y luego la firma de varios Tratados de Libre Comercio –entre ellos el de Estados Unidos-, los falsos positivos y se enfrentó con los más acérrimos defensores del uribismo en el Gobierno, entre ellos el exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias.

Juntos pero no revueltos

Hace unos meses, en una entrevista publicada en el diario El Heraldo de Barranquilla, Robledo habló de sus dos contradictores. Dijo que Santos y Uribe se parecían en 100 cosas, “Uribe tiene 99 coincidencias con Santos y una diferencia. Nosotros con Santos tenemos una coincidencia y 99 diferencias”.

Paradójicamente, Robledo, un hombre de izquierda radical quien militó en el MOIR, ahora estará acompañado en el Senado de Álvaro Uribe, su antiguo contradictor.

Tras conocer su votación, Robledo dijo que la obtuvo gracias al “repudio al presidente Juan Manuel Santos”, lo que supone que continuará en esa línea. Por su parte, Álvaro Uribe afirmó que no sabía con quién iba a hacer alianzas en el Congreso, pero que esperaba recomponer el camino que trazó durante ocho años de Gobierno.

Este lunes, por ejemplo, el expresidente Uribe se fue lanza en ristre contra La U. Dijo, entre otras cosas, que el Gobierno “utilizó una cantidad enorme de dinero a través de los congresistas, para que estos compraran votos en muchas partes del país”.

El ahora senador dijo que Santos confundió al elector con publicidad tramposa, haciéndole creer que su Partido de la U era el mismo del expresidente Álvaro Uribe. Esto es apenas un destello de lo que le espera al Gobierno por cuenta de sus contradictores.

Tal vez el tema de la paz y sus reformas en el Congreso sean la primera prueba de fuego para la oposición. Uribe buscará, al menos en el papel, que se reformule el proceso. En el Polo están de acuerdo con los diálogos, aunque podrán sus condiciones.

Mientras tanto, la mesa queda servida para que tanto Uribe como Robledo terminen aliados (lo pretendan o no) y hagan realidad una vez más en la política aquello de que el fin justifica los medios.

Fuente: Semana

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