El papa emérito, Benedicto XVI, llegó a los 90 años y no dejó pasar la ocasión para celebrar con una fría cerveza y embutidos, como un orgulloso alemán.

Alemán que se respete toma cerveza, no importa si fue papa. Así lo entiende Joseph Ratzinger, más conocido como Benedicto XVI. El papa emérito llegó a los 90 años y celebró con amigos y unas buenas cervezas bávaras.
“Mi corazón está lleno de gratitud por los noventa años que el buen Dios me ha donado. Ha habido pruebas y tiempos difíciles, pero siempre me ha guiado y me ha impulsado para que pudiera continuar mi camino” afirmó Ratzinger en su celebración. Además agradeció haber nacido en Alemania, una tierra a la cual “amo con el alma”.
La celebración tuvo lugar a las puertas del monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Es allí donde Benedicto reside desde que renunciara al papado, hace cuatro años. En la fiesta participaron algunos de sus más cercanos amigos y colaboradores, además de autoridades bávaras.
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