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Las nuevas voces de niche en sus 35 años

El grupo lanza una nueva producción bajo los arreglos del maestro José Aguirre.
Oye, ¿tú tienes visa?”. Esa era la primera pregunta que telefónicamente les lanzaba a los músicos que quería reclutar para su Grupo Niche. Todos coinciden en que al comienzo les costaba creer que ese hombre de voz ronca que estaba en la línea y decía llamarse Jairo Varela era realmente el artista al que admiraban y con el que soñaban trabajar algún día.

Hace tres años que un infarto acabó con su vida y muchas fueron las especulaciones sobre la muerte de la agrupación, en medio de una batalla legal por los derechos de sus temas y la continuidad de la orquesta entre sus cinco hijos y su última esposa.

Por estos días, cuando cumple 35 años, Niche lanza una nueva producción bajo los arreglos del maestro José Aguirre, que fue amigo, trabajó con Varela y busca mantener el legado y la sonoridad de la más famosa agrupación salsera del país.

Con sus tres vocalistas actuales: Elvis Magno, Yuri Toro y Arnold Moreno, y con dos de sus hijos: Yanila -gerente del grupo- y Juan Miguel -único varón que tuvo Jairo y que se ocupa de la producción- estuvimos en el festival por los 50 años de la salsa en Puerto Rico. En el estadio Paquito Montaner de Ponce compartieron escena con otros íconos de la música rumbera como Tito Nieves, Óscar D’León, Bobby Valentín, Roberto Blades y Richie Ray & Bobby Cruz, quienes fueron justamente los que hace cinco décadas bautizaron como ‘salsa’ a ese ritmo arrebatado que hacía mover los pies, cuando les preguntaron cómo se llamaba ese género y dijeron: “Es como una salsa, que tiene de todo”.

“La bandera colombiana de la salsa”

En su natal Buenaventura llegaron a apodarlo ‘Nuestro sueño’, en referencia al famoso tema del Grupo Niche que Elvis Magno cantaba tan bonito. Lleva seis años con la orquesta, era solista y había lanzado un álbum cuando Jairo Varela lo llamó. “Llegaron a pensar que yo era un cantante muy romántico; sin embargo yo diría que soy versátil y soy más un intérprete de las canciones”. Del maestro, al igual que los demás cantantes, siempre le sorprendió la rigurosidad que exigía para que se escuchara cada palabra con una vocalización exacta. “Con él compartí desde un arroz clavado hasta un partido de fútbol. El maestro sabía de todos los deportes, de basquetbol, de béisbol”. Elvis casi vivía en el estudio, siempre al lado del compositor, y fue allí que se forjó una profunda amistad. “Cuando murió, muchos pensaron que Niche se acabaría; pero por fortuna dejó muy bien plantadas sus directrices, y sus hijos, que hoy están a la cabeza, entendieron el mensaje”.

Para Elvis, uno de los éxitos de Niche es que suena en vivo igual que en sus grabaciones; y que Varela se basó en el folclor pacífico para contar la realidad con un sonido muy colombiano.

El abogado de la música

“Yuri Toro es un muchacho que nació en Quibdó (Chocó), que creció jugando a empujar una llanta de moto con un palito y que andaba descalzo y a veces desnudo por las calles del barrio Niño Jesús”.

Y en esos juegos, a los 15 escuchó una guitarra que tocaba La bamba y se enamoró de su sonido; y así, aunque terminó estudiando derecho, la pasión artística volvió a atraparlo. En su tierra se volvió guitarrista y fundó un grupo de rock, en el que alguna vez le dio por cantar, pues el vocalista había faltado. El maestro César Conto lo oyó, lo invitó a formar parte del Sexteto Sereno y luego pasó a Son del Barrio y a Barak. En su familia, aunque ha escuchado cantar a tías y tíos y dicen que una de sus abuelas era una gran intérprete, Yuri es el único que se dedicó a la música.

“Ahí, estando en el último grupo, me conoció el maestro Varela, me dijo que yo le interesaba”. Dos veces lo llamó, pero sus estudios y ocupaciones se interponían. Fue cuando Yanila tomó las riendas del grupo que Yuri pudo ingresar a Niche.

¿Qué pasó con el derecho?

Me ha servido para vivir la vida, para entender el sistema, para aprender a caminar por este mundo. Creo que todos los bachilleres deberían salir preparados en derecho para no tropezar ni cometer errores. Los códigos fueron cambiados por pentagramas y notas musicales. Ahora mi código civil es el repertorio del Grupo Niche; mi código penal es la Fania All Stars y toda esta cultura que se respira en Puerto Rico, en Cali…

Pero la decisión de dedicarse a la música no fue tan fácil para los suyos:

“Mi mamá casi llora. Cuando estaba en tercer año de la carrera iba a renunciar para dedicarme a la música. Me llamaron todos y terminé por compromiso, y mi gran lección fue que si comienzas algo, debes terminarlo o no lo inicies”.

Para Yuri, Mi hijo y yo es uno de esos temas que en la adolescencia lo marcaron y que ahora que es padre de una niña le llega mucho más. “Nuestro sueño es otra que es una poesía absoluta; pero hay muchos, tantos que no pararía de enumerar los temas del maestro que me emocionan”.

Otro muchacho de Quibdó

Arnold Moreno nació en Quibdó y viene de padres educadores. Su papá era guitarrista por afición y sus otros tres hermanos también salieron cantantes.

En Medellín comenzó su recorrido musical con La Sospecha y con Salsa Libre grabó un tema, Que nadie trate de salvarme, que se oyó en todo el país. Ahí, como cazador de talentos que era, lo llamó Jairo Varela para invitarlo a trabajar en Miami; pero en ese momento no se produjo el encuentro. Fue después, cuando él murió, que Yanila lo llamó para que entrara a la orquesta. Un sueño cumplido, pues ya desde 1994, cuando con sus hermanos cantaba en agrupaciones de Chocó, quedó enamorado del sonido y las letras de Niche tras escuchar Es mejor no despertar y Un alto en el camino.

¿Qué tiene de especial Niche?

La magia. Jairo Varela era un genio, con una gran sensibilidad para escribir. Uno se identifica con sus letras, pues habla de la vida real. En cuanto a sonido, esas trompetas arriba, que siempre me gustaron, trompetas muy brillantes y ese sonido bien cerrado en la percusión.

Hoy, cuando Arnold está en tarima, Anamilé es el tema que más lo hace vibrar: “Siempre me dio en el corazón, porque es una historia verdadera y muy triste. Hay otra que me llega al alma y es Buscaré la forma; esa me mata completamente”.

Yanila, la cabeza del grupo

La hija mayor de Jairo Varela fue quien no solo tuvo que enfrentar los pleitos legales con Damaris de Diego, la última compañera de su padre y con quien no tuvo hijos, sino que además asumió las riendas de la agrupación. Hace varios meses un fallo determinó que el nombre les pertenece a los cinco hijos; sin embargo hace una semana Damaris dijo que apelaría.

“Mi papá tenía un temperamento fuerte, pero en el fondo era muy humano y humilde, nunca se olvidó de dónde vino, muy responsable y para el que no había sueño imposible”.

¿Cuál es el tema que más le llega?

Muchos… Cali pachanguero, Una aventura, Un alto en el camino… Sus letras tienen tantos significados y mueven a tanta gente que cada una es un aprendizaje.

¿Y el que le compuso?

Cuando yo era adolescente compuso Anamilé, a mis 15 años, como un consejo de padre a hija, para que no me ocurriera esa situación. Siempre tuvimos muy buena relación y me enseñó a separar el trabajo de la familiaridad.

Muchos dijeron que se acababa el grupo… Y

Eso fue lo que me ayudó a sacar fuerzas y decir “esta es mi responsabilidad”; seguir luchando por el sueño de él. Fue muy difícil porque no había manera de tomar tiempo sino de tomar mejores decisiones. Creo que donde quiera que esté, se sentirá orgulloso no solo de mí, sino también de mis hermanos, pues todos han hecho su parte.

¿Cómo conservar el sonido si el maestro ya no está?

Es la parte más delicada, porque no queremos que se pierda su esencia, la sonoridad, sus colores. Tenemos a la persona que se encarga de eso y hacemos lo que le gustaba, que las canciones suenen como en los discos.

Pero el compositor era el maestro… Él

dejó muchas letras y busqué a José Aguirre, que trabajó en muchas producciones con mi papá. Ahora, en estos 35 años y con el nuevo disco, seguiremos viajando, llevando la bandera y el nombre de Colombia y la salsa de Niche por el mundo.

“hay niche para rato”

Juan Miguel es el único hombre de los cinco hijos que tuvo Jairo Varela. Hoy se ocupa de la producción del grupo y viaja a todos los conciertos y giras. Sin ocultar su nostalgia, la ausencia del padre se siente mucho más ahora, cuando piensa que le faltaron cosas por decir.

“Cuando uno tiene las cosas, como que no las aprovecha al máximo. Es un ícono de todas las formas y en este momento es que me doy cuenta de lo importante que es tener un papá como él”.

Terminar lo que empieza y no hacer nada a medias son solo algunos de los consejos que se le quedaron grabados.

¿Hay un sonido distinto hoy?

Para nosotros es visual, porque la música no se toca. Hay mucha que dejo y todavía falta por explotar. En estos tres años hemos trabajado muy duro, no tomamos decisiones a la loca y por eso podemos decir que hay Niche para rato.

¿Cuáles son los temas que más lo mueven?

Mi pueblo natal, Mi hijo y yo; mi ícono es Cali pachanguero. Es increíble que la gente lo canta en cualquier parte del mundo donde nos presentamos; por eso siempre cerramos el show con ese tema.

Tomado de Eltiempo.com

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