Se apaga el incendio en Villa de Leyva

La conflagración, que se registró este martes hacia el mediodía, ya ha afectado un área de entre 200 y 300 hectáreas.

Así lo aseguró Camilo Igua, alcalde de esa población boyacense, que agregó que la conflagración inició en el municipio de Sáchica, específicamente en una zona conocida como La Piscina, pero se ha extendido por los fuertes vientos y las sequías, razón por la que ha llegado al cerro San Marcos, cerca del pueblo, de acuerdo con El Espectador.

Las más de 30 familias que han sido evacuadas habitan en la vereda San Roque. En Villa de Leyva hay más de 20 habitantes que permanecen en alerta máxima.

Angustiados y en vela. Así pasaron la noche los habitantes de Villa de Leyva en donde un incendio forestal ya completa 24 horas y más de 200 hectáreas de vegetación nativa y bosques arrasados por las llamas.

Pero muchos de los habitantes de esta población boyacense decidieron superar el miedo, vestirse de botas y overol y armarse de machetes, palos y batefuegos para ayudar a controlar las llamas.

Hipólito Cuadrado Suárez tiene dos razones de peso para apoyar a los organismos de socorro a hacerle frente a la conflagración: su municipio y su familia.

Este ciudadano de Villa de Leyva no dudó un solo instante en saltar de su cama y salir hacia el cerro que está siendo consumido por las llamas para ayudar a su familia que vive en el área afectada.

“En la parte alta del cerro tengo varios familiares y desde anoche (martes) estoy acá ayudando a controlar las llamas para que no les pase nada a ellos. Por supuesto, no he dormido absolutamente nada, pero todo sea porque a ellos no les pase nada”, dijo Cuadrado.

Cristian Herrera, otro de los residentes de esta población y quien vive a tan solo una cuadra del lugar de la conflagración, coincidió con Hipólito Cuadrado en que fue imposible controlar la preocupación la noche anterior, pues llegó a pensar que su casa podía quedar envuelta en las llamas.

“Pasé muy mala noche, muy preocupado, pues desde la tarde vi ese cerro como ardía en llamas y mi casa queda a una cuadra del lugar. Lo que más me preocupaba era estos vientos tan fuertes que están corriendo”, señaló el joven.

Carlos Alberto López fue otro de los que no se quiso quedar en casa viendo la magnitud del incendio y pese al riesgo desde anoche y las advertencias de familiares y amigos, tomó algunos elementos que le pudieran servir y se subió al cerro.

“Esto es muy preocupante, por la gente que se podía ver afectada y por la fauna y la flora que está en riesgo, pero además porque esto ya nos había sucedido hace poco y no quise que la historia se repitiera”, aseguró.

Con cuatro helicópteros, dos de la Fuerza Aérea, uno más de Aviación Ejército y un último de la Policía Nacional, se le hace frente al fuego desde el aire; mientras que en tierra unas 400 desarrollan otras actividades complementarias como control de llamas y refrigeración del suelo y subsuelo.

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Tomado de El Tiempo