¡Ten cuidado! Estos son los peligros ocultos de recalentar comida que no conocías y que podrían representar un riesgo latente en tu cocina o incluso para tu salud

Recalentar comida es una práctica común en muchas casas, inclusive, se dice que la comida recalentada o “Trasnochada” a veces hasta sabe mejor que al mismo momento de la preparación, por lo que el “calentado” es un plato típico para cientos de familias colombianas.
Sin embargo, existen riesgos ocultos que pueden afectar tu salud. A continuación, te mostraremos los principales peligros de recalentar comida y cómo los puedes evitar o mejorar para cuidarte de cualquier malestar o enfermedad.
¿Cuáles son los principales peligros de recalentar comida?
1. Crecimiento de bacterias
Uno de los mayores peligros de recalentar comida es el crecimiento de bacterias. Cuando los alimentos se enfrían y luego se recalientan, pueden entrar en una “zona de peligro” que ocurre en la variación entre los 4°C y 60°C por un tiempo prolongado. Este cambio de temperatura permite que las bacterias como Salmonella y E. Coli se multipliquen, lo que puede provocar intoxicaciones.

2. Pérdida de nutrientes
Recalentar ciertos alimentos puede causar la pérdida de nutrientes esenciales. Por ejemplo, las verduras ricas en vitaminas pueden perder gran parte de su valor nutricional al ser sometidas a altas temperaturas repetidamente. Esto no solo afecta la calidad de la comida, sino que también puede impactar tu salud a largo plazo.
Así mismo, en algunos alimentos esta pérdida de nutrientes se traduce en un desbalance en la dieta que también puede ser perjudicial, sobre todo en personas con dietas muy estrictas o con restricciones médicas alimenticias.
3. Cambios en la textura y el sabor
Además de los riesgos para la salud, la comida recalentada puede tener cambios en la textura y el sabor de los alimentos. Algunos platillos, como las pastas y las salsas, pueden volverse gomosos o excesivamente secos. Otros como la carne o las verduras pueden sentirse “secas” y perder considerablemente su sabor tras ser “recalentados“
Esto, además de dañar la experiencia culinaria, puede llevar a perder el apetito, e incluso a indigestarse por el mal sabor resultante de la comida al volverse a calentar.

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